En el mes de julio del año 2011 el Gobierno Regional de Apurímac firmo un convenio con el Instituto Nacional de Salud Mental Hideyo Noguchi, con la finalidad de que los profesionales apurimeños fortalezcan sus capacidades para atender a la población que atraviesa por un estado de depresión.
Debemos indicar que el personal que labora en el Instituto Hideyo Noguchi dio la voz de alerta sobre este problema que ataca a la población apurimeña.
Es el 30% de la población regional que sufre de depresión como consecuencia del terror que vivió nuestra sociedad en las décadas de violencia política que atravesó nuestro país.
En entrevista realizada a través de un medio de comunicación nacional la Prof. Enith Carrasco esposa del presidente regional declaró, “En la actualidad hay varios profesionales de la salud, que están haciendo pasantías en el instituto Hideyo Noguchi, fortaleciendo sus conocimientos en temas de salud mental, la etapa de terrorismo que vivió Apurímac, fue un período muy difícil, creo que sólo las personas que han pasado por esa experiencia traumática, podrían decirnos en realidad que fue lo que pasaron. No debemos pensar solo en esos momentos, sino también en las consecuencias que se vive ahora en nuestra región a raíz de esta situación”.
Indicó
Las victimas afectadas por violencia política en la actualidad cuentan con diversas organizaciones, quienes a través de un trabajo constante esperan alcanzar las reparaciones tanto en el nivel económico como en los diferentes aspectos que les da la ley, en salud, educación y otros.
Debemos recordar que Apurímac es la primera región que llega a consolidar un registro único de victimas afectadas por la violencia política.
“He trabajado con mujeres que han sido profundamente afectadas, niñas de 10 u 11 años que han sido violadas, muchas de ellas han tenido que dejar sus viviendas para refugiarse en el monte por más de un mes, cocinando solo por las noches, de lo contrario corrían el riesgo de ser ubicados y lógicamente encontrar una muerte segura”, expresó la profesora Enith Carrasco de Segovia.
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